La inmigración

“Es noche de Nochebuena, está muy triste, callada,
solo suena en los cristales el aire yla granizada.
Mi mujer hizo la cena, mientras muy triste lloraba
que no ha tenido carta del hijo que está en La Habana,
pues siempre por estas fechas, giro y carta nos mandaba,
que era como aquél maná que habla la Historia Sagrada,
que aún era más apreciado por saberquien lo mandaba.”

Poema :“El hijo que se fue” de Benjamín López

Entre 1880 y 1936 decenas de miles de asturianos se embarcaron hacia América.
Boal no constituye una excepción.
El erudito boalés Acevedo y Huelves en su libro Boal y su Concejo menciona alguna de las razones que inducían a los boaleses a abandonar su tierra: la mala situación del campo, las ganas de mejorar, el deseo paterno y la influencia ejercida por parientes o conocidos que habían alcanzado el éxito en la aventura americana.
A las citadas por Acevedo y Huelves es necesario añadir la evasión del servicio militar, que como indica Rafael Anes ocupa un lugar relevante en la resolución de partir. En este sentido, las listas de quintos declarados prófugos por el Ayuntamiento de Boal recogidas en el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo no dejan lugar a muchas dudas. Así, por ejemplo,  el 21 de mayo de 1909 se publicaba una relación de 60 prófugos sobre un total de 75 jóvenes sorteados. Algo más de un año después la situación no había mejorado mucho y en el Boletín del 12 de julio de 1910 de los 82 quintos 58 se consignaban como prófugos. Estos datos confirman la importancia de este factor como elemento impulsor de la emigración en Boal y evidentemente en los demás municipios asturianos.

Por lo que sabemos, el único factor particular lo podríamos encontrar en la ruina de la industria clavera que desde mediados del siglo XIX influiría en el incremento de las corrientes ultramarinas.
Los factores expuestos hacen  compresible la alta tasa de emigración que afectó  al concejo en los años finales del XIX y en los primeros del XX.
Realizar una cuantificación del volumen de la emigración en Boal resulta complejo. Los únicos datos oficiales conservados se refieren al periodo 1881-1906, en el que han contabilizado un total de  935 salidas. Obviamente, en este recuento no se incluyen los embarques clandestinos, como los de los mozos en edad militar, resultando lógico suponer que en realidad se superase con creces ese número.
En cuanto a su destino la gran mayoría, según señala Enrique Sánchez Braña aproximadamente un 75 %, se dirigieron a Cuba .
En Boal, como en otras zonas de Asturias, las repercusiones de la emigración fueron numerosas. Las remesas monetarias tuvieron una gran importancia, suponiendo los giros enviados de forma periódica por  los emigrantes una gran ayuda para sus familiares. Por otra parte, a su regreso muchos de ellos abrieron pequeños negocios o compraron tierras que dedicaron a la agricultura o la ganadería, dinamizando la actividad económica local.
Otra consecuencia especialmente reseñable fue la transformación espacial de la villa boalesa producto del retorno de los americanos. De esta forma, desde principios del siglo XX, asistimos a un importante desarrollo urbanístico, que tuvo como resultado la creación en su parte baja de un nuevo barrio, donde  aquellos que habían tenido mayor fortuna levantaron sus viviendas en las que mostraban el nuevo status social alcanzado tras su estancia en América.

Boal antes de la construcción de las casas de los emigrantes retornados.

A estas élites de nuevo cuño, se les unieron emigrantes más modestos que también eligieron esa zona de Boal para construir sus casas.
Además, la huella de los emigrantes es perceptible por su labor en beneficio de la colectividad. A modo de ejemplo se puede reseñar  la financiación de equipamientos públicos como el lavadero de Boal.